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¡Feliz Navidad!

  • Foto del escritor: Daniela Roa
    Daniela Roa
  • 25 dic 2020
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 26 dic 2020

Recuerdo mucho esperar esta época del año cuando estaba chica. Adoraba hacer la novena en el primer piso del edificio donde vivía, compartir comida con dulces y escribir la carta para recibir los regalos que me traería "el niño Dios". La forma como en Colombia le decimos al ser que da los regalos el 25 de diciembre todos los años; Santa Claus o Papa Noel, para otros países. Cuando era muy niña siempre deseaba pasar la nochebuena en vela y ver el momento justo en que llegaría ese ángel bajando del cielo, atravesando el techo y colocando los objetos al lado del arbolito decorado. ¡Qué clase de imaginación la que tenía! porque por supuesto eso nunca sucedió. Pasaron pocos años y a muy temprana edad para mi gusto, llegó un amiguito vecino a decirme la "realidad" del asunto.

A decir verdad estaba muy pequeña y aunque entendía lo que me decía, mi ilusión no se desvaneció hasta que crecí un poco y me volví más consciente de mi entorno, entonces decidí aceptar aquello que me habían dicho.


Mis regalos casi siempre se trataban de juegos de hula hula, patines, balones, bicicleta; casi nunca muñecas; quien cumplía ese papel en casa era mi hermana mayor, Andrea. A medida que fui creciendo los presentes materiales eran cada vez menos ya que en mi familia generalmente se los damos a los niños y ya yo estaba saliendo de ese grupo. Obviamente los primeros años quería seguir obteniendo regalos, pero después me acostumbré y dejé de esperarlos.

Pasaron bastantes navidades en donde la fecha para mi significó un momento más donde me reunía con mi familia, cenábamos especial y no sucedía nada diferente. Sin embargo, hace exactamente cuatro años viví algo que abrió mis ojos para ver la navidad con otro sentido.


Primero lo primero....a ciencia cierta, ¿qué es realmente la navidad? Es la conmemoración del nacimiento de Jesús. Es una de las festividades más significativas para el cristianismo, es decir, una fecha que inicialmente era sólo religiosa. Sin embargo, con el pasar del tiempo ese momento del año se ha convertido en una excusa a nivel mundial para reunirnos en familia y festejar. Ahora, ¿quién es Jesús? Para mi, un personaje importante en la historia del planeta. En lo personal no soy practicante de la religión, no obstante, tengo claro que lo que él vino a hacer en la tierra fue dar un mensaje de amor, y yo, hace cuatro años experimenté aquello de lo que fue su misión, sintiéndolo muy de cerca y conectándome con esa verdadera esencia de lo que significa su día.


Me encontraba en New Jersey y compartía casa con cuatro mexicanos y una israelita. Para la época trabajaba más de catorce horas al día así que la navidad la tenía en un segundo plano. Mi mente estaba enfocada en cualquier otro asunto por lo que nunca tuve entre mis prioridades comprar regalos, menos con la falta de costumbre dada mi tradición familiar. Todo eso hasta que llego ese 24 de diciembre en la mañana. Bajé al primer piso para salir a trabajar y observé cómo la sala estaba repleta de regalos. El rededor del arbolito era una montaña de aguinaldos que fácilmente tenía 50 cm de alto y un metro de radio. En ese momento pensé: "nada de lo que está aquí lo he comprado yo. Creo que debería comprarles hoy algo a todos. De seguro hay cosas para mi".


Ese día tenía labores también. El lugar cerraba temprano por ser "Christmas Eve" y yo debía en la mitad de las horas laborales comprar regalos a cinco roomies y a mi novio de ese momento, que obviamente también adquirió algo para mi y yo hasta ese instante no lo había pensado. Hablé con mi amiga de habitación, Marijo, y le comenté la situación. Ella me dijo que me acompañaría y se escapó de su ocupación para ir a buscar conmigo los obsequios. Por suerte trabajábamos en un centro comercial y en media hora elegimos lo que iba a comprar, pero yo no podía llegar a mi puesto con bolsas porque estaba prohibido, por lo que decidimos que 10 minutos antes de salir iríamos a pagar para no tener que guardar los paquetes y evitar problemas.


Todo estaba muy bien planeado, a las 5:50 pm cada una hizo check out y nos dirigimos a nuestros lugares objetivos; el inconveniente fue encontrar los locales cerrados. Esas tiendas dejaron de atender antes del tiempo estipulado por el mall y ya yo no tenía lugar para ver otras opciones. Me quise morir, me puse muy triste pues no tenía nada para dar y demostrar a mis amigos que eran igual de importantes para mi que lo que yo era para ellos y todo se debía al descuido mío.


Llegamos a la casa y me tiré en mi cama. Esa noche teníamos una fiesta que organizaba nuestro jefe en Manhattan y yo quería simplemente quedarme durmiendo, además que estaba cansada por tanto trabajo, la desilusión que sentí fue muy profunda, estaba decepcionada de mi misma y sólo quería llorar. Todos mis compañeros estaban en las mismas condiciones mías, y aún así habían tenido tiempo de comprar regalos, no entendía yo por qué no lo había hecho antes.


Marijo se sentó a mi lado en la cama y me dijo: "Dani, de aquí no nos vamos sin ti. De aquí no sale nadie si tu no vas. Danos eso de navidad y simplemente disfrutemos que estamos juntos, lo demás es material. Entiendo que te agüites pero ahora tenemos una gran fiesta y vamos a disfrutar". Entre esas y otras palabras ella me convenció de ir y me regaló un vestido que se había comprado y que no iba a usar esa noche. Me maquilló hasta las cejas y nos dispusimos a esperar la limosina que vendría para llevarnos a "la city" .


Fue una fiesta divertida, larga y cansada. Muchos terminamos ebrios, entre esos yo. Al día siguiente sólo me pude levantar de la cama alrededor de las 4:30 pm, que en el invierno ya es casi de noche nuevamente. Llegué a la sala donde estaban reunidos, habían intercambiado regalos y sólo se encontraban aún envueltos los míos. Los abrí y eran todos especiales, uno a la par del otro. Abracé fuerte a mis amigos, son personas únicas para mi. Les agradecí profundamente y les dije que los quería mucho, les conté que no había comprado nada para ellos pero que no podía dejar pasar el momento, así que hice una carta grupal; la leí y fue un momento hermoso. Eran palabras que las había escrito mi corazón y estaban siendo dichas de la manera más sincera. Hubo una que otra lagrimita y continuamos el festejo entre sábanas que nos cubrían del frío... Al rato me fui a bañar porque mi familia estaba de vacaciones en Estados Unidos y me iría unos días con ellos. Cuando llegué al hotel donde se alojaban los vi y sentí un descanso absoluto, el otro regalo, era tenerlos cerca.


Ese 2016, esos instantes, esas acciones me hicieron sentir la navidad de un modo distinto a como la había estado viviendo cada año. Haber estado en parte con personas diferentes a mi familia, pero que aún las percibía como tal por tanto amor brindado, me hizo comprender que esa época no se trata de rituales ni objetos materiales, sino de un sentimiento que nos une a todos. Es el amor que nos motiva a querer regalar cosas, no es un deber, es sólo una de las maneras de demostrar cuanto apreciamos a quienes nos rodean. Pero es una sensación que nace de adentro y que tiene infinitas formas de ser y estar en cualquier tiempo o circunstancia. Hay una ilusión al salir a comprar algo para nuestros seres amados, pero igual la estuvo cuando les escribía y leía a ellos mi carta, así como también la está cuando pensamos en alguien y sólo quisiéramos darle un abrazo y después sucede.


Es una festividad para nosotros aprovechar y renacer internamente con Jesús, vaciar la mochila y perdonar las cosas que nos estén haciendo daño. Es una oportunidad colectiva de encender todas las luces y que no sólo brillen en nuestras casas, sino desde nosotros mismos para lograr tener no sólo un día ni una época, sino un año y todos los años viviendo y recordando ese mensaje de amor traído a la tierra que es para aplicar a nosotros mismos y a todas las personas, comprendiendo que todos somos siempre uno en el amor.


Y para ti, ¿qué es la navidad?


Con amor,

Daniela


1 Kommentar


Andrea Roa
Andrea Roa
25. Dez. 2020

Qué linda historia Dani! 🥰🥰 creo que tengo muchos sentimientos encontrados con la navidad que aún no sé cómo definirla. Siento que es un recordatorio sobre el Amor, el perdón y la compasión; un recordatorio que debemos llevarnos todo el año puesto pues diariamente se nos presentarán situaciones difíciles con los demás y con nosotros mismos, y es allí cuando tendremos que demostrarnos que sí podemos dejar nuestro ego a un lado y renacer en el amor y la compasión. Es en cada uno de esos momentos cuando podremos conscientemente elegir ver al otro (o a nosotros mismos) en luz y aceptar su proceso sin juzgar, tal como Jesús lo hizo 🧡🧡


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