El truco está en no perder la magia

¿Sientes que has perdido la magia con algunas de las cosas, personas o actividades que te acompañan en tu día a día?

¿Qué es eso de la magia y además perderla?

Según mi definición, magia es aquella sensación inexplicable, positiva y motivadora que es única para cada persona y que se logra sentir con algunas de las acciones que desarrollamos, o que se desenvuelven adyacentes a nosotros, y que estimula auténticamente a continuar trabajando en ellas o mantenerte a su lado. Perderla, es ya no sentirla más.

El pasado viernes me encontraba en casa reunida con mi núcleo familiar y un par de amigos muy cercanos y tuvimos una charla muy interesante que es la razón por la cual hoy traigo esta reflexión acá. Me pareció que sin lugar a dudas, lo ameritaba.

Por distintas conversaciones llegamos al punto en el que algunos exponíamos que todos podemos realizar cualquier cosa que nos guste mientras que otros se oponían a dicha consideración. En ese momento, uno de los asistentes argumentó que no porque todos escuchen música saben hacerla. Esto llevó que entre risas y suplicas mi hermana menor, Mariana, y su novio Juan Camilo, terminaran dándonos música al vivo y fuera una de las veladas más intimas, de complicidad, sentidas y mágicas en las que haya estado en los últimos tiempos.

Mariana desde siempre ha sido súper artista. A muy temprana edad le gustaba mucho el baile y a medida que fue creciendo se interesaba por cantar. La verdad es que lo hacía muy bien para no tener estudios ni conocimientos al respecto. Su gusto por la música creció con el tiempo y al momento de elegir su carrera profesional tomó la decisión que aquella sería quien la acompañaría en su vida. Hoy, está muy cerca de graduarse y notablemente se aprecia su evolución y entendimiento en el tema.

Juan Camilo estudia con ella en la universidad y su énfasis es el piano clásico. Es un músico sensacional, expresivo y al igual que Mariana, interpreta como ningún otro y se le nota a flor de piel el alma de artista que carga su cuerpo.

Supuestamente nos iban a interpretar cinco canciones para complacernos, sin embargo, cuando empezaron toda la energía del lugar se transformó. Con cada una de las melodías se formaba una nube casi invisible pero muy brillante que contenía paz, amor, recuerdos, sentimientos, lágrimas, sonrisas, pieles de gallina y distintas sensaciones que sólo cada uno de los presentes podíamos sentir y ahora logramos entender. Pasaron dos horas sin mirar el reloj porque para nosotros el tiempo se había detenido.

Al terminar ese momento tan sublime e inesperado volvimos a la tierra. Les agradecimos a los dos músicos de alma a alma, puesto que habían conseguido transmitirnos todo lo que estaban sintiendo y mucho más, entonces, fue en ese punto que ellos nos dieron la frase estrella: "El asunto es no perder la magia". Esa frase quedó desde ese instante en mi cabeza, porque sin un análisis muy profundo supe que tenían toda la razón; esa magia que ellos sienten hacia la música, la estaban potenciando al nivel que nosotros también lográbamos sentirla, entonces se convertía en un encanto colectivo.

Me pregunté a mi misma cuántas veces he perdido la magia en las cosas que hago, visito u observo; hasta al punto de abandonarlas. Sinceramente es que la respuesta fue: "muchas veces".

Desde las cosas más simples que realizamos todos los días como hacer ejercicio o cocinar, hasta las más especificas como aprender alguna actividad, tienen una magia, una motivación y unas sensaciones las cuales nos llevaron a empezar en ese camino; y son esas las que siempre debemos recordar para poder mantenernos en ello igual de animados que al inicio y así transmitirlo a los demás.

Ahora, ¿Por qué perdemos la magia?

En ocasiones le entregamos a esas acciones un poder tan fuerte que logran enredarnos en la rutina de su quehacer y terminamos desviando nuestro centro y olvidando el porqué comenzamos a desenvolvernos en eso. Empieza la exigencia con nosotros mismos y con los demás, colocándonos metas y horarios que acabamos rechazando porque puede que los llevemos a un desequilibrio mental y personal.

La pregunta es: a los que son bailarines: ¿Por qué empezaron a bailar?, a los que son chefs: ¿Por qué comenzaron a cocinar?, a quienes sean fotógrafos: ¿Por qué iniciaron en la fotografía?, a quienes sean ingenieros, médicos, abogados, diseñadores, administradores o cualquier profesión: ¿Qué los hizo estar en eso? Algunos dirán que obligados por las circunstancias llegaron a ello, pero hoy en día cada vez más las personas eligen el camino de desempeñarse en lo que desean y con esa gran oportunidad tenemos el lindo deber de cuidar y cultivar ese sentimiento del principio, esa magia y esa pasión que son las que harán que con el tiempo, a pesar de todo el conocimiento que podamos lograr sobre un tema, permanezca ese encanto con nosotros y podamos contagiarlo a los demás. La cuestión es vivir conscientes y no en modo automático.

¿Y dónde está la magia?

Creo yo que en los detalles. Siempre me he preguntado, por ejemplo, por qué me gusta tanto el carnaval; y tal vez ustedes podrían pensar que esto no tiene nada que ver con lo que dije más arriba, pero con todo ese análisis que he hecho desde hace varios días, en mi perspectiva si lo tiene, porque la magia no llega solamente en nuestra profesión, también en las cosas que disfrutamos diariamente o de vez en cuando. Como viajar, comer, salir de fiesta, estar con tus amigos y familia. El detalle de lo que significa para ti cada una de esas cosas es el lugar donde encontramos la magia. En el carnaval de mi ciudad yo encuentro lo especial en los colores, la música, la alegría de la gente y las risas genuinas que se producen aquí. Para muchos podrían ser siempre las mismas comparsas y canciones, pero para mi eso es un segundo plano y lo importante cae sobre otros asuntos que me son transmitidos por el ambiente cuando la fiesta ocurre.

Yo después de ese viernes no puedo sacarme de la cabeza esas palabras y ese pensamiento. Hoy decido encontrar nuevamente la magia en mis ocupaciones porque sé todo lo maravilloso que me brindan; así como me he propuesto vivir consciente de ello para no perder el norte ni la razón genuina por la cual hago todo lo que me gusta.

¿Qué piensas tu sobre esto?, ¿Crees que es así?, ¿o tal vez tienes otra posición?...

¿Tienes alguna actividad que hagas hace mucho tiempo y aún sientas la misma motivación que desde el inicio?, ¿Qué te ha ayudado a mantenerte así? o ¿ te ha pasado como a mi que has abandonado algunas cosas en la mitad del camino por dejar de sentir lo que sentías al principio?

Después de que seguramente todo lo que he dicho te ha puesto a mirar hacia dentro tu vida propia y la magia en tus elecciones, cuéntame un poco de ti y tus experiencias relacionadas al tema.

¡Soy feliz de leerte!

Con amor,

Daniela

- Foto: @micheletdiez

PD: les regalaría una foto o video del momento con Mari y Juanca pero de verdad que no hubo cabida ni para sacar celulares.

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