Auto compasión
- Daniela Roa
- 15 oct 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 16 oct 2020
¡Hola amigos!
Pensando sobre qué traería en esta nueva ocasión decidí que voy a contarles algo que me pasó la semana pasada y la reflexión interna a la que me llevó. No sé si eso sea algo un poco distinto a lo usual pero en conclusión es igual de importante para mi, así que se los comparto.
Espero que lo disfruten y si de alguna manera les sirve para su vida personal, también lo apliquen.
Aquellos que me siguen siempre en cada una de mis publicaciones, seguramente notaron que durante la semana pasada no hubo alguna. Desde que empecé este nuevo camino del emprendimiento, he intentado ser lo más responsable posible con mis nuevas tareas, me coloco horarios y creo firmemente que ese compromiso y orden me ayudarán de manera más fácil a lograr los objetivos y metas que me he propuesto para el andar.
La verdad es que me había funcionado muy bien. Ahora mismo soy multifuncional en el estilo de tareas que desarrollo y considero que si no tuviera la disciplina y, fuese de otra forma, sería complicado completar todas mis actividades.
¿Por qué les cuento esto?
En el transcurso de la semana pasada tuve el primer choque fuerte con mi nuevo estilo de vida. Una de mis labores me estaba requiriendo más energía que la que usualmente me demanda por lo que por descarte mis otras actividades estaban quedando en un segundo y tercer plano. Ese desequilibrio me generó una dificultad mental con la que no me sentía cómoda. Las tres ocupaciones que tengo hoy en día son tan importantes para mi que no podía permitir que "una pisoteara la otra".
Me sentía confundida. Sólo podía pensar y preocuparme en una de las tareas sin darle espacio a las otras dos. Por ejemplo, quería editar la publicación que venía para ustedes, pero leía cuatro líneas del texto y mi cabeza no continuaba adelante, aparecían en mi mente otros pensamientos que interrumpían cualquier trabajo que no estuviera relacionado a la preocupación de aquel "primer" quehacer.
Darme cuenta de lo que me pasaba me desilusionaba, incluso más cuando analizaba que el control de ese tipo de cosas que me rodean lo tengo yo pero no estaba manejándolo bien. Toda mi actitud ante el trabajo estaba estropeada aquel día.
Llegó el punto crítico del miércoles en la noche. Ese día a esa hora se supone que ya todo debe estar listo para poder realizar la publicación los jueves en la tarde sin falta según lo establecido. Sin embargo, no tenía nada hecho y mi otra ocupación tampoco había sido atendida en todo lo que llevaba la semana. Me sentí desilusionada de mi misma y tenía un caos de pensamientos. Mi ego se llenaba de culpa por no saber manejar la vida que había decidido comenzar a vivir y, además, no terminaba de decirme cuan mal estoy haciendo todo.
Llamé a mi hermana para desahogarme. Sentía que necesitaba contarle a alguien todo lo que cargaba por dentro para poder continuar adelante al siguiente día con un mejor aire.
Ella, como siempre, estuvo a mi lado y me escuchó.
El jueves me hallaba un poco mejor, mi ego ya no controlaba mis pensamientos a su gusto. Me permití ser libre de mi misma y ocuparme de lo que en ese momento me requería atención sin descomponer mi energía para la jornada. Ya había tomado la decisión que no saldría publicación en la semana, pues cada vez que hago esto lo hago al 100% para mi y para ustedes, y así es como lo quiero continuar siempre; no hacerlo por salir del paso y traerles algo mal hecho o sin razón de ser. Con respecto a lo demás, le dedicaría tiempo el fin de semana.
Me concedí sentir para que se marchasen mis malas ideas y emociones, aún cuando la decisión no me generaba total comodidad y, por el contrario, contradicción con sentimiento de estar fallándome.
Después de la gran cantidad de pensamientos confusos y complicados que mi propia mente había generado (suelo creer -dependiendo la ocasión- que son las alineaciones de los astros sumadas a las hormonas de mi ciclo) "le di la vuelta a la tortilla". Aunque no iba a sacar nueva publicación esa semana, mi otra actividad estaba "olvidada" y los resultados no estuvieran en el tiempo que yo había planeado; ya no tenía porqué seguir sintiéndome mal. Comprendí que estoy viviendo un proceso de aprendizaje, como al final de cuentas todos lo estamos haciendo. En mi caso, mi estilo de vida cambió hace un par de meses y estoy encontrando la manera para hacerlo lo mejor posible. Siempre y desde el momento 0 lo he intentado de ese modo, he dado lo mejor de mi y aunque me funcionó sin problemas las primeras semanas, llegó el momento en que no fue así, y eso me ha hecho replantear una nueva forma de llevar las cosas a cabo para que no se repita la situación.
El día que tomé la decisión de dedicarme a mi misma, lo hice por mi felicidad, mi libertad y mis sueños. En su momento tenía -tengo- claro que la travesía traería siempre altos y bajos y sin embargo estuve -y sigo- dispuesta a vivirla.
Es muy probable que algunos de ustedes leyendo ahora puedan pensar que lo que aconteció realmente no fue un gran hecho, pero déjenme decirles que cuando a una mente planificadora y perfeccionista de alto grado se le caen las estructuras y cronogramas mentales, es todo un reto. Suelo exigirme mucho en cada una de las labores que me propongo puesto que quiero hacer todo bien, no obstante, en esta ocasión mi mejor aliada fue la compasión. Interiorizar que ella existe y practicarla hacia mi fue lo mejor que me pasó la semana pasada. Me permitió comprender que estoy aprendiendo día a día y que no debo ser tan dura conmigo misma, que aunque en ocasiones quiera afanarme a crear ciertas cosas, todo se da a su tiempo; que el mundo no se va a caer porque algo se haga distinto a como lo he pensado y que aunque todos "erramos", eso hace parte de la perfección de la vida para llevarnos a ser mejor cada día.
Hoy, con el fin de seguir trayéndoles a ustedes estas publicaciones que tanto amo, he modificado un poco mis horarios para obtener resultados óptimos sin que ese tipo de situaciones afecten directamente alguna de las labores a las que me dedico. Se que no será la única ni la última vez que algo parecido suceda y me afecte laboral y emocionalmente; en cambio, creo haber entendido la situación que viví hace un par de días donde lo más importante fue el amor y comprensión que me tuve y que ahora me llenan de más fuerza para continuar este camino del emprendimiento que sin duda va de la mano con el crecimiento personal.
Ahora cuéntenme ustedes, ¿han tenido alguna situación parecida donde su mente en vez de apoyarlos les juega en contra? Yo se que esta será una de las tantas veces y de los tantos retos que se vienen por delante, pero yo, como tú, o cualquiera; tengo la fuerza para superar a mi ego y seguir transitando este camino que le da paz, tranquilidad y felicidad a mi alma.
¡Los leo!
Con amor,
Daniela

🥰🥰🥰 me encanta leerte y aprovecho para decirte que te extraño mucho. Me viniste a visitar el viernes pasado y por alguna razón siento la necesidad de que me vengas a visitar hoy también! Seguro es tu presencia tan amorosa ❤️ Y a tu pregunta: no sé si reírme o llorar! jajajajajaj ¿Que si he tenido alguna situación en la que mi mente me juega en contra? tantas que no puedo llevar la cuenta!!😝 Pero a medida que me he hecho consciente de eso, cada vez menos se manda ella sola! ya está más domadita y actuando a mi favor!
Dani, Dani que enriquecedor es leer tú experiencia y ver cómo pudiste retomar tus actividades, eres una mujer emprendedora, decidida, que no teme caer porque sabe que tiene muchas personas a su alrededor que te ayudarán a levantarte y de encontrarte sola sabrás cómo y cuándo levantarte. T.Q.M
Moksha me encanta la honestidad con que abordas tus sentimientos y me encanta que te des amor y compasión, es en realidad lo único que necesitamos para tomar fuerzas y seguir adelante en este camino hermoso pero también lleno de retos de todo tipo! Eres una mujer hermosa, inteligente y luchadora!! Siempre habrá días grises, pero el sol vuelve a salir...te amo🌹❤️